Un espejo ante el objetivo nos da un abanico de posibilidades que van desde la recreación de lagos donde no los hay a las propuestas más surrealistas. También nos permite cerrar el plano inferior con niebla reflejando las nubes o, al contrario, cubrir un cielo encapotado con olas para crear un efecto dramático. Una técnica divertida y multiuso que compensa con creces el riesgo de cargar con un archiperre tan frágil.